PRESBICIA
La presbicia o vista cansada es una dificultad para enfocar objetos cercanos que aparece a partir de los 45 años de edad, dificultando tareas tan cotidianas como leer y escribir. Se puede compensar con gafas, o corregir definitivamente mediante cirugía.
El ojo contiene una lente natural en su interior, llamada cristalino. El cristalino se encuentra detrás del iris y está sujeto a unas fibras musculares que pueden tensarse y cambiar su curvatura y su potencia para poder enfocar a distintas distancias, y ver así nítidos objetos tanto lejanos (cine) como próximos (móvil).
Cuando el cristalino está relajado y no existe ningún defecto refractivo (miopía, hipermetropía o astigmatismo), el ojo está enfocado a lejos, por lo que podemos ver nítidos los objetos lejanos (cine, TV, conducir….). Cuando miramos a un objeto cercano, el cerebro pone en marcha el mecanismo de la acomodación, ordenando a los músculos que sostienen al cristalino que actúen y lo modifiquen, abombándolo, para que aumente la potencia del ojo y se puedan así enfocar objetos cercanos.
Cuando aparece la presbicia (por encima de los 45 años), existe una dificultad para realizar la acomodación, en parte porque los músculos ya no responden igual de bien, y en parte porque el cristalino está endurecido, y por tanto a los músculos les cuesta más deformarlo para ver bien de cerca. Como el cristalino se va endureciendo a lo largo de toda la vida, la presbicia es un proceso continuo, que va disminuyendo cada vez más la capacidad de acomodación desde los 45 hasta los 65 años, edad a la que ya se ha perdido toda la capacidad de acomodar. Los primeros síntomas de presbicia son borrosidad de cerca, cansancio al leer, y la necesidad de estirar el brazo para ver bien lo que leemos. Como no podemos enfocar de cerca, estiramos el brazo para poner el texto más lejos y poder leerlo. Si además de la presbicia, se tiene hipermetropía, la visión de cerca es mucho peor, pues la acomodación que tiene que usar el ojo para ver de cerca, está siendo ya usada para poder ver de lejos, ya que el ojo hipermétrope puede ver de lejos acomodando. Por eso la presbicia causa molestias más pronto en hipermétropes que en miopes.
La presbicia se puede compensar con gafas o lentillas, o se puede corregir de forma definitiva mediante la sustitución del cristalino por una lente intraocular multifocal. La compensación con gafas/lentillas requerirá de continuos cambios de graduación a medida que la presbicia vaya aumentando. La corrección quirúrgica es, sin embargo definitiva, pues al sustituir al cristalino por una lente que tiene la graduación tanto de lejos como de cerca, ya no hay una estructura natural (cristalino) dentro del ojo que vaya envejeciendo, sino que tenemos una estructura inerte (la lente intraocular) que permanece inalterada durante toda la vida.
Las lentes intraoculares multifocales empleadas para corregir definitivamente la presbicia están diseñadas para que la luz se divida al pasar por ellas, de forma que parte de la lente corrige el defecto de lejos, y parte de la lente corrige el defecto de cerca, obteniéndose así la multifocalidad sin necesidad de mover el ojo o poner la cabeza en posiciones determinadas, a diferencia de lo que sucede con las gafas progresivas.