CATARATA
La catarata es una pérdida de transparencia del cristalino, que es la lente natural que tenemos dentro del ojo y que nos permite enfocar a distintas distancias). La catarata se soluciona mediante una intervención quirúrgica muy segura que consiste en extraer el cristalino opacificado y sustituirlo por una lente intraocular.
El ojo contiene una lente natural en su interior, llamada cristalino. El cristalino se encuentra detrás del iris y está sujeto a unas fibras musculares que pueden tensarse y cambiar su curvatura y su potencia para poder enfocar a distintas distancias, y ver nítidos tanto los objetos lejanos (televisión, cine) como los próximos (lectura, teléfono móvil).
El cristalino debe permanecer totalmente transparente para que la luz pueda pasar limpiamente a su través y formar una imagen nítida en la retina. Si el cristalino pierde transparencia (catarata), la imagen en la retina se forma con menos luz.
Además, la catarata no sólo quita luz, sino que dependiendo del tipo y de lo avanzada que esté, puede cambiar la refracción del ojo al cambiar la potencia del cristalino, haciéndolo más miope. Por todo ello, los síntomas de la catarata pueden ser: pérdida de visión de lejos, borrosidad, visión “como a través de una niebla”, molestias con las luces, incomodidad al cambiar de un ambiente con mucha luz a otro con poca luz (y viceversa). La catarata no causa dolor, sólo pérdida visual, aunque puede coexistir con otras condiciones oculares que causen dolor ocular y molestias varias (ojo seco, conjuntivitis….).
La principal causa de las cataratas es el envejecimiento del cristalino, y por ello se produce con mayor frecuencia en pacientes mayores de 60 años. Sin embargo, existen otras causas que pueden hacer aparecer una catarata en pacientes más jóvenes, incluso en adolescentes y niños, como traumatismos, excesiva exposición a la luz solar, determinadas enfermedades sistémicas (diabetes), algunas enfermedades oculares (uveítis) y el uso de fármacos como los corticoides.
Una vez la catarata aparece, siempre evoluciona a más, nunca se estanca. La velocidad de evolución es impredecible y muy variable de unos pacientes a otros, y no existe ningún tratamiento con gotas ni con ningún tipo de fármaco que la haga desaparecer. La única manera de tratar una catarata es operarla, y sustituir el cristalino opacificado por una lente intraocular. Se trata de una intervención muy segura, que no dura más de 10 minutos, y que restaura por completo la visión perdida a causa de la catarata.
La lente intraocular implantada puede ser monofocal (corrigiendo el defecto refractivo de lejos, pero necesitando gafas para ver de cerca) o multifocal (con corrección de lejos y cerca, que permite una mayor independencia de gafas y/o lentillas).